Qué decir de París… Los que habéis estado allí alguna vez sabréis que es un lugar maravilloso. Un lugar al que si tienes la oportunidad de ir alguna vez, siempre terminarás volviendo. Aunque suene a topicazo es una ciudad romántica… llena de espacios con encanto, de rincones cautivadores.

En esta ocasión tuve la oportunidad de realizar un reportaje postboda casual de una pareja a la que ya había fotografiado unas semanas atrás en Cádiz. No contábamos con mucho tiempo por lo que la sesión fue totalmente improvisada y a merced de las inclemencias metereológicas. El clima es bastante inestable en París por estas fechas… aunque el sol siempre termina asomando en algún momento del día. Además… ¿A quien no le gusta fotografiar París en la lluvia?. La ciudad se transforma… mires donde mires hay una bonita estampa que inmortalizar. Las calles de París mojadas son versos… y cuando cae la noche, la ciudad se convierte en auténtica poesía. Por algo la llaman «La Ciudad de la Luz», nombre que hace alusión a su reconocimiento como centro de las artes y la educación, pero también a su adopción temprana de la iluminación urbana.

Para mi París es una fuente inagotable de recursos; fotográficamente hablando. Las posibilidades de realizar un reportaje en esta ciudad son infinitas… El de Raquel y José hizo aflorar en mi destellos de algunas películas vinculadas a la capital francesa. Soñadores, Amelie, Midnight in Paris, Los 400 golpes, Antes del atardecer… y seguramente muchas otras que no recuerdo. Me gustó la improvisación de la sesión, lo fugaz que fue… Me gustó experimentar con instantáneas nocturnas; muy complicadas tanto en la toma como en el post-proceso, pero con un resultado mágico, muy artístico y evocador… y sobretodo me gustó citarme con unos chicos tan majos que vivieron este momento con tantísima ilusión… HASTA PRONTO PARÍS…